

Sin embargo la monotonía no tiene por qué tener el mismo significado para todos, sino más bien todo lo contrario. Mientras que para algunos es vista como algo positivo en sus vidas, para otros es todo lo contrario e intentan huir de ella como si fuese el peor de los males que les pudiese acechar.
De todas formas, y dejando a un lado la monotonía, el ser humano se pasa buena parte de su vida buscando la felicidad plena, algo que no tiene en sí nada de malo, siempre y cuando esa búsqueda no impida ver que ya se es feliz. Sin embargo, lo cierto es que algunos ponen tanto empeño en encontrar esa felicidad plena que no logran disfrutar del momento que están viviendo y, por lo tanto, de su vida.
En cualquier caso, y tal y como indica Andrea Granucci “la vida es larga y en el camino que hemos de recorrer con frecuencia aparecen obstáculos difíciles de superar, especialmente, si tratamos de superarlos en soledad”.
Y es que, “enfrentarse a una ruptura matrimonial, a la pérdida de un ser querido o a un despido tras largos años de entrega laboral son situaciones no siempre fáciles de afrontar y, por lo general, crean un punto de inflexión en las vidas que implica lo que denomino transición de vida”.
Sin embargo, la situación actual no ha hecho sino venir a poner más escollos en la vida de los seres humanos, obligándolos a enfrentarse a situaciones inéditas.
Y es que, el coronavirus se ha cobrado cientos de miles de vidas a lo largo y ancho del planeta, por lo que son muchas las personas que han sufrido la pérdida de uno o varios seres queridos. Pero, si ya de por sí resulta doloroso perder a un ser querido, más duro puede llegar a resultar no poder despedirse de él.
Pero, además, “el obligado confinamiento al que nos hemos visto sometidos para aplanar la curva de contagios ha sacado a la luz los problemas de comunicación que existen en el entorno familiar, tanto a nivel conyugal como paternofilial”.
Sin embargo, hoy más que nunca debemos huir del pesimismo ya que como se suele decir, todo tiene solución excepto la muerte y nadie ha dicho que los puntos de inflexión en la vida tengan que ser algo negativo.