Leyenda de la calle del Amparo

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viernes, 13 marzo, 2009
calle amparo madrid

Las leyendas son necesarias para conocer las maneras en las que nuestros antepasados vivían. En nuestro blog de Madrid rescatamos muchas de estas historias, como esta que nos ocupa hoy: la leyenda de la calle del Amparo. Nos situamos en el corazón del siglo XVII.

En aquella época, algunos andaluces, al igual que a mediados de siglo XX, tuvieron que emigrar a las grandes ciudades. A Madrid vino a parar una joven comadrona de Granada, que ayudaba a las mujeres que estaban de parto a tener a sus bebés en buenas condiciones.

Vivía en lo que hoy es el barrio de Lavapiés, y era conocida en toda la zona como “la comadre de Granada”, pero cuyo verdadero nombre era el de Amparo.

Amparo era un mujer sencilla y humilde. Cada vez que acudía a un parto, ponía en un cazo agua caliente con un capullo de rosa, el cual se iba abriendo a la par que el bebé nacía. La comadrona de Granada acudía a la llamado de todos los que la requerían, sin importarle que fuera una pobre mujer sin recursos, o familias de alto linaje y nobleza.

Una vez Amparo fue llamada para cuidar del parto de la mismísima reina y esposa de Felipe IV. Fue tal la gratitud de los monarcas, que a los tres hijos de la comadrona los hicieron verdaderos favores. A uno de ellos, de nombre José Ricalde, le dieron la Secretaría de Flandes. Al segundo hijo, que se llamaba D. Juan, le concedieron el cargo de ayudante de cámara en el Palacio Real. El tercero era un bala perdida, y le perdonaron multitud de cargos.

En honor a la comadrona de Granada, la calle recibió su nombre, y es por ello por lo que la leyenda cuenta que hoy la conocemos como calle del Amparo.

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