

Las aguas cristalinas del río Tajo y Jarama atraviesan uno de los destinos con más encanto y magia de nuestro país: Aranjuez, un municipio madrileño que desde el reinado de Felipe II fue nombrado como Real Sitio y Villa de la monarquía española, pues tal es la belleza y finura exquisita desde el punto de vista arquitectónico y natural que envuelve sus dominios.
¿Qué ver en Aranjuez?
Famoso por el Palacio Real y sus imponentes jardines en los que parece detenerse el tiempo, así como sus huertas de fresas y de espárragos, Aranjuez se ha convertido en la musa de la inspiración para las obras musicales de Joaquín Rodrigo, responsable del concierto que lleva el mismo nombre del municipio. No obstante, es posible que uno de los puntos más fuertes de este lugar, desde el punto de vista turístico, guarde relación con su Paisaje Cultural, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2001.
Para disfrutar de tu estancia en este paraje, te recomendamos alojarte en el hotel Barceló, dotado de 1.500 metros cuadrados y ubicado al sur de Madrid en un entorno turístico de gran interés histórico y cultural y cercano al parque Warner.
Este hotel de cuatro estrellas se encuentra enmarcado en un paraje ideal para disfrutar de la caza, la pesca y para relajarse del mundanal ruido. Ofrece Wi-Fi gratuito a los clientes, tanto en habitaciones como en zonas comunes para que siempre estés conectado. Igualmente podrás jugar a padel en su club dotado de seis pistas.


Si quieres dejarte envolver por un ambiente colmado de magia, embárcate en una aventura sin precedentes por algunos de sus jardines más emblemáticos. Desde nuestro blog de Madrid os recomendamos adentraros en el llamado Jardín del Príncipe, erigido por mandato de Carlos IV cuando tan solo era Príncipe de Asturias y que finalizó siendo Rey, en un período que abarca desde el año 1789 hasta 1808.
Podrás acceder a sus tierras de ensueño a partir de la Puerta del Embarcadero, desde la cual se extiende una calle del mismo nombre. Si miras a la derecha en esta misma avenida te toparás con la llamada Huerta de la Primavera y en el lado izquierdo el río Tajo, extendiendo su sendero de agua. En este punto nos toparemos con el embarcadero sobre el que se levantan cinco grandes pabellones. Una de las fuentes de mayor carácter arquitectónico en este jardín es la bautizada con el nombre del dios Apolo.
Tampoco puedes perderte el jardín de Isabel II, en cuyo corazón se yergue una estatua de bronce de pequeña altura de la reina, presentada como un regalo realizado por el embajador francés Mr Juan Luis Brúñete.


Por supuesto, tal y como se ha comentado en líneas anteriores, no hemos de pasar por alto un edificio imponente como el Palacio Real, ahora convertido en museo. Las estancias de mayor interés se encuentran en la planta alta, haciendo especial hincapié en los apartamentos de la Reina, que ocupan aproximadamente la mitad norte del Palacio, y las del Rey, situadas en la zona sur.
Por su parte el Oratorio y Anteoratorio se abren en el patio central, siendo especialmente notables las pinturas que representan a San Antonio de Padua, el reloj de Hoffmeyer o las bellísimas composiciones en mosaico, ejecutadas en los talleres de piedra dura del Vaticano.


Igualmente, podrás emprender un recorrido único por algunos de sus edificios históricos más destacados como, por ejemplo, el Palacio de Medinaceli de estilo neoclásico y dividido en dos viviendas. Al mismo tiempo, despertarán el interés de cualquier curioso la estación de Ferrocarril, Iglesia de San Antonio de una clara influencia italiana; el Teatro Real, que estaba dedicado a la representación de comedias y tragedias españolas u óperas italianas; o el Mercado de Abastos, primer edificio de promoción y titularidad municipal.
El mundo está colmado de entornos llenos de magia y que son capaces de sorprender a cada paso que damos en el camino. Aranjuez es uno de ellos.