Historia de las Torres KIO
En la famosa Plaza de Castilla de Madrid, junto al monumento en honor a José Calvo Sotelo, podremos encontrar uno de los edificios más emblemáticos e identificativos de la ciudad. Se trata de las Torres Kio, famosas por su estructura inclinada y sus espectaculares dimensiones.
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Raquel
miércoles, 15 marzo, 2023
Son las segundas torres gemelas más altas de España (tras las Torres de Santa Cruz de Tenerife) y los primeros rascacielos del mundo construidos premeditadamente con una forma inclinada. Su nombre oficial es Puerta de Europa, aunque son sobre todo conocidas con el sobrenombre de KIO, ya que fueron promovidas por la empresa kuwaití KIO (Kuwait Investments Office). La torre de la izquierda lleva el nombre de Puerta de Europa y luce el logotipo de Caja Madrid, mientras que la de la derecha es llamada Puerta de Europa II y es propiedad de la empresa inmobiliaria Realia, cuyo logotipo se incorporaría posteriormente. Para distinguirlas con facilidad, el helipuerto de la primera fue pintado en azul, y el de la segunda en rojo. Los encargados de la construcción de las Torres KIO fueron los arquitectos estadounidenses Philip Johnson (ganador del primer premio Pritzker de la historia) y John Burgee. Éstos dejaron de lado la concepción tradicional del rascacielos para crear unos originales edificios inclinados. “Hay que acabar con el ángulo recto si no nos queremos morir de aburrimiento -señalaba Johnson en 1996-. El rascacielos se ha acabado, podemos olvidarlo. Los arquitectos nos podemos concentrar ahora en la misión de hacer las formas de los edificios que mejoren al hombre". Para ello se basaron en una gráfica de Alexander Rodchenko, escultor, pintor, diseñador gráfico y fotógrafo ruso. Así comenzó la construcción de estas torres en el año 1989, con la idea de crear una inclinación de la una hacia la otra de unos 15º respecto a la vertical, y con una altura de 114 metros. Para hacer esto posible la elección de materiales fue esencial, pues el secreto se basa en que la mayor parte del peso de cada uno de los edificios recae sobre un eje central de hormigón y acero, mientras que el lado inclinado está construido con materiales muchos más ligeros. Con el fin de evitar malformaciones se optó por la presencia de elementos triangulares que aportaran rigidez. Este proceso se vio enturbiado por una serie de complicaciones legales y financieras que paralizaron las obras durante algunos años, lo que elevó el coste inicial de 25.000 millones de las antiguas pesetas con 7.000 millones adicionales. Cuando la Sociedad Urbanor vendió los terrenos de la Plaza Castilla al grupo Kuwaití, el arquitecto Pedro Sentieri y el constructor Julio San Martín denunciaron a sus ex socios Alberto Alcocer y Alberto Cortina alegando que habían obtenido más dinero en la operación a pesar de ser éstos los socios mayoritarios, y que cobraron el pago del grupo en acciones del Banco Central. Tampoco podemos olvidar el posterior “caso KIO”, en el que se condenó al empresario catalán Javier de la Rosa (que actualmente cumple el tercer grado en prisión) por el desvío de más de 375 millones de euros del grupo KIO y de su filial española Grupo Torras. Finalmente, las Torres KIO serían inauguradas simultáneamente en 1996, convirtiéndose rápidamente en una importante seña de identidad de la Comunidad de Madrid.