

Este edificio, nombrado Monumento Histórico Artístico en 1976, tiene una historia muy interesante con tintes fantasmales que merece la pena saber.
El Marqués de Linares (Jose Murga), hijo de Mateo Murga, se enamoró de Raimunda, hija de una tabacalera, e hija ilegítima de Mateo Murga. Esta condición de hermanastros no fue descubierta hasta después de que estuvieran casados. El padre ya había fallecido, y el joven Jose descubrió una carta entre sus escritos donde se lo confesaba.
Se dice que en ese momento, la marquesa ya estaba embarazada de la que sería su primera hija. La pareja fue a pedir consejo al Papa Pío IX ante esta situación. De ahí que a partir de ese momento no hicieran vida conyugal, durmiendo cada uno en un piso por mandato de castidad.
En cuanto a la hija, hay varias versiones. Se dice que fue asesinada por sus padres nada más nacer y enterrada en el propio palacio para evitar un escándalo mayor. Otra versión afirma que la ahijada (hija de su administrador, supuestamente) que adoptan años después es en realidad hija natural suya, escondiendo así con esa mentira el embarazo de Raimunda.
Lo tenebroso y que atrae a muchos visitantes aún a día de hoy es la presencia de espíritus entre esas paredes.
Según algunos testimonios de personas que allí trabajan y parapsicólogos que han estado haciendo investigaciones en este edificio por la noche, en el Palacio de Linares se encuentran presencias paranormales que presumiblemente son los marqueses y su hija vagando por la casa.
Hasta los escépticos de este tipo de manifestaciones sienten curiosidad y respeto por este lugar “encantado” que ha servido también como escenario de algunos videoclips de grupos como Amaral.
Fuente Imagen: Casa de América