

Las historias y las leyendas que suceden, están insertadas en la sociedad, y pasan de generación en generación y de boca a boca, cual mensaje que puede interpretarse de muchas maneras. En nuestro blog de Madrid te contamos la leyenda del templo de San Justo.
Hace muchos años, en pleno siglo XVI, Madrid era una ciudad en crecimiento. Nos situamos en unas casas que había al lado del Matadero, en cuyos aposentos vivía el secretario del rey Felipe II, un conocido hombre llamado Antonio Pérez.
Al lado de la casa de Antonio estaba el templo de San Justo, al que nos referimos, que fue Iglesia Parroquial y allí se enterraron personajes ilustres. Entre otras ocupaciones, esta iglesia salía en procesión el dia de San Pedro hacia la iglesia del Santo Apostol.
A mediados del siglo XVI, en San Justo se veneraba la imagen de la Virgen de la Cabeza. Todos los Jueves Santos se hacía una misa en su honor, y en una ocasión, un joven atrevido, tuvo la idea de levantar la cabeza y mirar al párroco mientras comulgaba.
Fue tal la mala sensación que se llevó, que salió huyendo rápidamente de la iglesia, al ver que la cara del párroco estaba deformada y era pálida y mortuosa. Por lo tanto, el joven no recibió la Hostia Sagrada, ya que fue justo cuando el sacerdote la puso en su boca que el joven huyó.
Cuenta la leyenda que ante este hecho de osadía del joven, tan asustado como se encontraba, que al llegar a su casa tuvo la ocasión de mirarse el rostro y darse cuenta de que presentaba el mismo aspecto demacrado que el del cura de San Justo. No tardó mucho tiempo en fallecer.
La familia quedó completamente anonadada, y no podía explicarse tal suceso. Los rumores y la leyenda del joven se dispararon por todo Madrid. Unos decían que la Virgen de la Cabeza obró un milagro (no se sabe muy bien qué tipo de milagro), y los más contemplativos, veían que la Virgen había castigado al joven. Lo que sí es cierto es que los médicos de entonces se mostraron incapaces de explicar el motivo de su muerte, que quedará para la leyenda del templo de San Justo.