

Estamos en el centro de Madrid, en la actual Plaza de España, para ubicarnos y situarnos en escena; en cuanto a la época, pongamos la transcurría la Edad Media para centrarnos en esta leyenda.
Pues bien, se sabe que en aquel entonces vivía en esta zona un alférez llamado D. Bernardino de Barrionuevo. Este tuvo que salir de campaña, pero antes de irse vendió sus propiedades, entre ellas, un molino.
Había tres compradores que no se ponían de acuerdo para comprar un viejo molino de Barrionuevo, cuyos nombres eran Álvaro Díez, Francisco de Guzmán y Ruiz de Alarcón. Los tres estaban obsesionados con el molino y ninguno daba su brazo a torcer. Fueron muchas las peleas, disputas e insultos que se produjeron entre ellos por hacerse con el molino.
Un buen día, Guzmán ordenó a un grupo de peones derribar el molino, y ante la resistencia de los otros dos, dijo una célebre frase: “lo demoleré aunque os pese”. Por lo que aquel lugar se conoció como calle de “aunque os pese”, que es la actual Travesía de las Beatas.
Una mañana, transcurridos unos días de este suceso, cuando el molino estaba prácticamente derribado, Díez y Alarcón prendieron fuego a una cerca de madera que rodeaba el molino, diciendo "sal si puedes", que así se llamó la calle (hoy no existe).
Evidentemente, Guzmán no se quedó de brazos cruzados, y en cuento escapó del fuego fue a por los otros dos compradores, que no paraban de reírse de él y de decirle: "¡en hora mala vayas!". Así se conoció a la actual Travesía de la Parada (que está junto a la mencionada Travesía de las Beatas).
Que buena la historia eran un poquito cabrones estos antiguos, y vengativos