Situado en la transitada zona de Malasaña, lleva abierto desde 1829, y pronto se convirtió en sitio de reunión de escritores pertenecientes a la corriente del Romanticismo. Entre ellos podemos destacar a los legendarios Espronceda, Ventura de la Vega, Mariano José de Larra, Ramón Mesonero Romanos, Valladares, Antonio Ferrer del Río o Romero Larrañaga.
También frecuentaban el lugar importantes dramaturgos como Juan Eugenio Hartzenbusch, Antonio García Gutiérrez, José Zorrilla o el poeta Enrique Gil y Carrasco.


Como curiosidad, también decir que allí acudían el empresario teatral Juan Grimaldi y numerosos actores y los jóvenes literatos aprovechaban para intentar «colocarles» sus creaciones.
Con este reseñable pasado histórico, no es de extrañar que la decoración de este café sea al estilo antiguo y clásico (una mezcla de arquitectura parisina y española), lo que le da ese encanto que lo hace único. Tanto su fachada como los innumerables detalles que podremos observar en el interior, nos muestran la historia y antigüedad del sitio.
El ambiente es tranquilo y relajado durante la semana, perfecto para tomarse algo solo o acompañado. En cambio, los fines de semana, el ambiente se torna más animado, ya que se llena de gente y de buena música que convierte el lugar en zona perfecta para salir de noche.
Los clientes, entre los que se suelen encontrar muchos turistas, podrán disfrutar de diversas bebidas imprescindibles como la caipirinha u opciones más dulces como batidos de chocolate o chocolates a la taza que bien se pueden combinar con tartas o incluso sándwiches y tostas.
El gasto por persona oscila entre 10-15 euros, todo ello dependiendo del plan que se tenga (cena o copas). Un recorrido por la historia y gastronomía de Madrid.
Fuente Imagen: sincretic