Leyendas de Madrid: calle del álamo

27 enero 2009 | Por alejandrocastellon

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álamo árbol

El nombre que se le da a las calles suele obdecer a algún motivo en concreto, a algún suceso o personaje que vivió en la zona, pese a que también hay otras veces que se nombra al azar. En nuestro blog de Madrid nos gustan las historias y por ello, hoy nos centramos en una de las leyendas de Madrid: calle del álamo. Cuenta la leyenda que allá por el siglo XVIII vivía un personaje rico, llamado Don García Barrionuevo de Peralta. Tenía una gran mansión con unos grandes jardines, rodeados de frondosos álamos situados a ambos lados de un camino que conducía a la puerta de entrada. La casa estaba al lado del Portillo de Santo Domingo. En la entrada de la quinta (o la mansión) había una fuente muy frecuentada por mendigos, que aprovechaban el lugar para pedir limosna a las personas que acudían a visitar a Barrionuevo. Después, al caer la noche, solían lavar sus ropas sucias y viejas en la fuente, que pasó a llamarse comunmente “fuente del Piojo”. Los jardines fueron desapareciendo ya que se empezó a edificar al rededor, edificándose, entre otras cosas, la casa convento de las monjas de Santa Catalina. La leyenda cuenta que los álamos del camino fueron abatidos y sólo quedo uno, grande, fuerte y bonito. Pero un día, cuando estaba oscureciendo, un ladrón se escondió detrás de este álamo, esperando a que alguien pasara. Dio la casualidad de que por allí pasó la marquesa de Valdecañas con su criada, a lo que el ladrón aprovechó para robarlas. Este suceso dió mucho que hablar en la época y la solución no fue otra que derribar el preciado álamo. Cuenta la leyenda que costó mucho trabajo derribar el álamo, un álamo con tanta tradición como este, que tanto había vivido y visto en sus años de vida. Por ello, y para rendirle homenaje, aquel lugar pasó a llamarse calle del Álamo.

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